Reconocimiento en propio espejo

Reconocimiento en propio espejo

A los amigos de siempre

I

“la oscuridad ha vuelto claro el tallo

que usa mi ropa”

Milagro Haack

Hay un poco de cansancio, la vida teje alrededor mío unos templos ausentes de vida, sintiéndote caer entre sus delgados hilos; aún así, se trata de comenzar nueva, sin despojos anteriores, se visita a los sabios consejeros esperando alguna repuesta, que anuncie el pecado de germinar tanto.

No puedo luchar contra el cosmos, han pasado ya dos días, viéndote aún tan cercana, sintiéndote, que continúas, recogiendo sortilegios dejando a un lado este santo invierno.Me dicen que Plutón, esta en mi sol desde el año pasado, además, de la interferencia por estos días de la luna en el signo géminis, más, el cansancio perdura, los designios se retrazan y muchas más esperas.

Las esperas son cenizas envueltas en un peregrinar hacia la nada, hacia ese destino donde los cambios se presentan vestidos de fiesta, como burlándose de todo lo creado hasta hoy, por algún indicio donde hay que bajar la cabeza.

II

“El lenguaje noble de los ojos es una lágrima”.

Robert Herrick

¿Volverás a ese espléndido silencio de tardes horas?

Callo esta condición silvestre, salvaje, preparándose el cielo preñado de los mismos tormentos de hervidero cuenca, descargando toda su furia sobre el infinito huerto tan bien cosechado para perderlo en un santiamén, quizás, por la idiotez (como me dicen) de amar a la palabra, de respetar los códigos anteriores, los ancestros, el símbolo señalando -el reflejamos-, pariendo historias, emparentada con su paralela hermana -la íntima; acaso, las vivencias no nos cuentan, lo anterior de la nada cambiable, o es qué acaso el ser no es un signo, por ello, es bueno abrir de nuevo la tierra y hacer el retiro volviendo a bajar la cabeza.

III

"Tú me perdonarás mi dolor de Arte

Mi amor a las alas de cisne"

Vicente Huidobro.

Persiste, estas ganas de irse a otra parte, donde cambien el muelle, donde la sed sea poca, para derramar esta migaja que tener apretada en la orilla del vértigo, cuando soy la hembra recolectora, cuando voy por la ceniza del que se olvida: entre cielo y tierra, se llega sólo por un vientre, nada mas, por el conducto – útero- receptor, contenedor de la sombra femíneo.

Sin embargo, el amor de la “que sabe” se aleja, las verdades flotan en la mar tenida de un gris igualando matices de lo alto.

Se prepara la salida, se cree en los nuevos comienzos, se cree en lo humano permanente, se cree – se crea sobre lo creado, dándote límites, sabiendo que es solo vuelo, inmortal vuelo, sin detenerse al entrar en la continuidad efímera del tiempo creado por lo nuevamente humano: límites y no de espacio, sólo eso, pero, quién opaca sus sombras en luto animal, brotando desde este parejo universo desde donde nos mira.

Pienso en esa energía englobando el todo mío, rozando el círculo surco por abandono. Mi pasión se muestra con ella en una sana conversación interna, íntima desdoblando tronos de pared continua hasta entrar hacia el más allá, que no nos perdonan, cuando somos norte por sur en horizonte entre dos puertas.

IV

“A veces en las tardes una cara

nos mira desde el fondo de un espejo;

el arte debe ser como ese espejo

que nos revela nuestra propia cara.”

Jorge Luis Borges.

No puedo traicionar mis huellas, hay un golpe de viento en ellas, como también la honra de vivirla intensamente, sabiendo que ya nadie prestará su piel para cubrir al desnudo muro donde me encuentro, donde aún el fuego, mantiene sus hebras dentro de los huesos.Tres pilares he dejado en antiguas creencias, vuelvo a la única de aliento firme, la creadora, la que conoce profundidades, la que ha cuidado a sus muertos. Ellos son tan visibles, pareciéndome yo caída hoja entre los pensamientos que les llevo.Ya nació este otro día, así como la primera confesión en miramiento a través del solo espejo. Estoy sola, ya perdí un silencio, mientras muestro este sinsabor que me pides, haciendo mío un cuerpo fúnebre, y es notorio por seguir bajando la cabeza.

V

“¡Ah del río completo

con Andrómeda entre sus proas

y Ulises entre sus anclas!”

Elizabeth Schön

Apolo vuelve a su bosque, dejando una y otra vez el vacío manto sobre este consagrado lago. El besado por todas las cosechas, siendo el mismo aquél Orión muriendo sólo por el encanto de los dioses, mientras Diana retorna por la media luna.

No cae una gota del anunciado rocío. Se detiene en el medio arco, pensando en el – no - es momento para derramar una espina clavada ya en los dedos, recorriéndola hermosa la mejilla de compañera hermana, la indicadora, la que nos dio otro pañuelo “oval”, y con su color púrpura por ser eternidades de nuestra rareza salvaje, concluyo: señor de otros dioses, nos perpetuamos bajando la cabeza.

Milagro Haack