Apreciado dios
“Dios existe, pero a veces duerme: sus pesadillas son nuestra existencia”.
Ernesto Sábato
Hoy se culpe un emigra día completo acercándome a lo oscuro que ya conoces. Se mueve de un lugar a otro, sobre los extremos de las vísceras dadas por el fuego de tantos Prometeos, sobre los alarmes, como secuela en los pasos postizo del cuerpo. Se descortina el agua, la penetración de su despunto sobre la postura táctica mirando a los detenidos lagos con un sólo paraguas mal colocado en su mismo giro hacia la infancia, se distorsiona vanamente con el papagayo que nunca salvaste mientras ella-el agua- asoma un padre nuestro para verse en la manipula entrada de esta nueva escena. Sumarios -hoy- nos ensanchan, nos cristianizan y nos sorprenden viniendo de ti, que me has dicho –sé eterna- pero el derribo vence el día, la lucha calla esa voz de -imagen y semejanza- que se mueve muy, pero muy rápido rechazando la carta del juicio con fe de ti.
El cuerpo –aún- recibe tus encargos, se declina muchas veces bajo la privanza de tu creador verbo –hágase la luz- de estilos y lucros como yo –otros-. El pasado en tu cruz, la entelequia de tu corona de espinas, tu bien trajeado dolor caminando por todos estos siglos, cansa, hasta por tu reflejo en el sueño, bautizándome, otro pez de beber sangre; entonces, miro hacia el verde de los árboles, hacia el caer hojas con el viento, hacia mi cara, esperando un bus sin pan de esperas, sin el ausente pájaro; es tan sencillo todo, pero tu rostro no está en allí, en ningún lado con tanto vacío de tu gloria, en la noche que me espera rodeada de la aguja selva ojeando sus movimientos, te escribo con su espesura -hoy prefiero, pasar en silencio-.
Una lágrima cae en mengua, no es naufragio, es real ola prediciendo otros secretos cuando trato de abrazar un aguardo: Existo, mientras tú díos Existas dentro del pulso tacto de saberte humano.
Milagro Haack
No hay comentarios:
Publicar un comentario