16 de diciembre de 2010

Madre por caminos recorridos

Obra: "Madre" de Lian Rip (México) Técnica: Grafito.



Madre por caminos recorridos

“Sin el alma, no hay forma de salir de este tiempo.”

Carl Gustav Jung

Según Bachelard; “para el estudio fenomenológico de los valores de intimidad del espacio interior, la casa es, sin duda alguna, un ser privilegiado, siempre y cuando se considere la casa a la vez en su unidad y complejidad, tratando de integrar todos sus valores particulares, en un valor fundamental”. A partir de este elemento con raíces fundadas desde que existe el ser, dejando de verla como un objeto material, y verla como un vasto claro lugar que posee características propias, como un rico estuche sagrado del alma poética. La casa puede también considerarse como uno de los principios para formar la atmósfera del ámbito poético, enlazando el mundo propio del ser, digo del ser, porque la casa es el primer espacio que deja entrever naturalmente la infancia, hasta lo más sencillo que podemos llamar lo cotidiano real natural: unión brote de otro espacio inagotable dentro del mismo: Madre por caminos recorridos.

Alumbro la casa. La casa materna marca en el artista valores pasados - presentes, uno en otros envuelto por un lazo de terciopelo, desprendido por el tiempo y atado por el espacio a nuestras raíces, llevándonos, alternamente del interior primario al interior innato natural donde lo creativo es el vacío recolector, contenedor al mismo tiempo vasija hecha a mano amasando propia tierra para volver a ella cuando el límite de lo materno recolector asume el fuego consejo en continuidad de sangre de vida por otra, perpetuando el hereditario ritual con toda su carga ancestral que se acopla, se cuela con el aroma del café el rostro de infancia, su voz en voz hasta volverlo todo, dejos de sutileza, lo sentido en la muerte frente a la mar o en el patio de la casa paseando el nacer del tejido por lo inédito del hilo de la palabra, de la imagen del regreso charlando con otros espacios, cuando la figura de la Madre voltea su gran reloj de arena acercándonos su gran ojo, su visión universal: línea horizonte señalando lo poético, su misterio muy bien cosido al inconsciente colectivo, habitante de lo humano, raíz de la casa, de lo materno, de lo femenino, cultivos muy bien unidos al gran útero íntimo y universal.

Lo femenino, como centro de las artes, es lo intuitivo, lo poco mucho transitando los altares sin darnos cuenta. Mucho cuesta hacer un nudo, hacer una capa de luz entrando lo visual para descifrar el enigma de la gran casa madre. Todo esto entra, cuando corro la cortina de viento, cuando camino delante de él y no detrás, cuando navego dentro de una pared bañada por palabras, cuando leo un libro, mas, cuando dialogo con una imagen donde el signo va más allá de la propia palabra y por esos pasajes encuentro a la niña, su muñeca con un collar de perlas, cruzando un dibujo de la Madre de la joven artista mexicana Lian Rip, me retornan, se dialogan entre ellas aceptando su realidad regenerativa, neutra quizás por la época, pero el símbolo las une al brazal cuerpo colectivo de otro, el caballo vuelto árbol, sus cascos fuera del suelo lanzando la vida dentro cáliz en movimiento, metamorfosis que enlaza lo salvaje, lo no domesticado: el centauro lleva los rostros atrapados por la misma fuerza ancestral buscando la tierra para devolver la semilla ya en abierto triángulo, el nuevo comienzo. Todo gira, en este círculo con visión de mujer, su esencia intuitiva, el subconsciente fusionado al origen sin olvidarse de cada gota con sangre que vierte por los caminos recorridos de La Madre.

Siempre que volteo y doy la vuelta la imagen de la casa, del patio, del brazo del río, de la sangre, se me revela como la gran Madre, semejante rotatorio lunar, donde hay un largo encaje de todos los dibujos venideros pasando por lo fino del ojo de una aguja para volverse el gran diálogo de un paisaje con un árbol seco y la siempre agua. Sin embargo, muchas veces por lo cotidiano se ve como un gran lienzo blanco, entonces lo más nublado es encajar ese color de vida-muerte- hacia el retorno regenerativo vaciando el paso del río.

Milagro Haack

Escrito para el Diario El Venezolano. Viernes 03 de diciembre de 2010. En mi columna: Recados menores.

1 comentario:

  1. Un recuerdo muy bonito,
    y apareció de repente despues de muchos meces que me permitiste dar una imagen a un texto tuyo. Lo siento pero tuve que comentar.

    Saludos Milagro =)

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