4 de enero de 2016

Garúas de Enero


Collage: Rostro del paisaje de Milagro Haack

Garúas de Enero

“Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.”
Johann Wolfgang Goethe


La dicha de una tradición es mantenerla viva, sin referirse a la reseña por los tiempos actuales. Algunas veces siento que es realmente necesario por esta época mirar atrás. Mirar, esa película de antaño pero con la pasión de ser el personaje principal, o sea actual. Por estos tiempos y sobre todo en comienzos de un nuevo año, las tradiciones se visten con algunos elementos nuevos pero no se pierden, están allí, como el nacimiento, junto a la espera del niño Jesús para ser descubierto el 24 de diciembre a las doce de la noche. Mi abuela lo tapaba con un manto tejido por ella misma empapado con aceite de sándalo para las buenas nuevas. Igual la tradición de la cena de fin de año, las doce uvas y salir a la calle después de la doce campanadas para dejar atrás cualquier recelo y dar ese abrazo al vecino para el nuevo comienzo. Todo se va uniendo hasta entrar en un giro con los 365 días, rotamos tan rápido que estoy esperando el dos de febrero para despojar la casa de sus adornos navideños y visualizar el centro de luz que se queda de un diciembre muy pero muy distinto a otros siendo continuidad del pasado. Aún así, seguimos. Cambia un 0 por un 1 y ya eso marca una diferencia. Entre los buenos piensos, (hablo de los de mi abuela) el año Nuevo era una fiesta donde se celebra el recuerdo, además era un espacio para repasar los hechos vividos durante el año, reflexionar sobre ellos, y obtener soluciones para reformar el núcleo y su entorno. Eso era pensar en colectivo. Quizás hoy sea añoro, quizás, no porque antes era mejor que ahora. Hoy por hoy hay un colectivo con grandes ideas y grandes innovaciones. Otros, que sólo dejan pasar todo porque no es la moda. Dichoso aquel que ha vivido las épocas y sus cambios, dándose cuenta siempre de la raíz del núcleo: la familia, la ramificación de sus creencias, la trasmutaciones de sus ideales, porque el ideal mayor hoy por hoy es una sociedad con conciencia de sus valores, sus derechos, sus deberes como ser social humano, y sobre todo su exigencia por seguir desmoronando paradigmas, siempre deseando un mundo mejor para las generaciones futuras; sin embargo, reflexionando hay que dar muchos giros de conciencia para no dejar de herencia lo actual pasado, un futuro presente, palpitante, sin valores combinados desde la familia: centro de conciencia y de sabiduría.

Ya estamos en enero y otra de las tradiciones que aún sostenemos en la familia, son las garúas de enero. Eso no me lo pierdo, ni mi hermana. Esa pequeña llovizna, gotas de luz en agua, que nos llegó esta vez temprano, el primer día de enero. Es una tradición familiar salir al patio, abrir los brazos, mirar al cielo, más allá de él y dar gracias por darnos agua pura para conservar la piel fuerte, la suerte para encontrar por méritos propios todos los deseos proyectados visualizándolos como esa película llamada memoria futurista, ya que esta era, siempre ha sido visual.
Mientras las garúas nos riegan el cuerpo, entramos en sus instantes, para respirar, nadar en las profundidades del cosmos para que nada se altere o se bloquee, logrando ese contacto de nuevo con las potencias de la real vida alcanzando un territorio esencial para la conciencia, la reflexión íntima, porque los ideales son como el faro que alumbra todos los destierros, todos los retornos y como luz ancestral no se puede abreviar, ni enterrar en una vasija. Esa luz está ligada a la suma y no a la resta, igual, al hecho cotidiano, a las palabras, sólo pensar en alto, es buscar esa conciencia superior que desde antaño nos está dando señales, vislumbres para mirar el lenguaje, el diálogo individual o partidista, escrutando su verdad, entreviendo cada vez más la verdad de la mano de mi abuela. Quizás, soy optimista, quizás, las garúas me dan mucho más. Hoy lo sostengo, y doy gracias por tener memoria visual y poder contar un fragmento revivido este primero de enero.

Milagro Haack
Escrito para Recados menores.

1 comentario:

  1. Milagro, bello texto. Tu sentir es muy intenso y me ha llevado hacia adentro de un espacio en el que estamos. La Poesía. Un gran abrazo

    Cecilia Ortiz

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